Suponer y crear situaciones irreales te trae problemas
No supongas, siempre pregunta.
Juan Carlos Rufasto
5/13/20253 min read


Hace unas semanas atrás tuve una diferencia con mi prometida. Un viernes por la mañana, tras los saludos y tareas tempranas diarias antes de salir de casa para ocuparnos de nuestros quehaceres, nos despedimos deseándonos un feliz y bendecido día.
Recuerdo que ese día nos comunicamos por medio mensajes y/o llamadas para saber como nos estaba yendo y contar alguna jocosidad producto de lo cotidiano. Ese día, al terminar la tarde participaríamos de una actividad juntos y nos veríamos en el lugar a una determinada hora y terminar juntos el viernes, acompañados de amigos.
Antes de llegar la hora de nuestra reunión recibí un mensaje de ella donde me dejó saber que no participaría de la reunión porque estaba cansada. Su mensaje me dejó apenado pero debía entenderla e iría solo para responder a nuestro compromiso. Sin embargo; no me quedé satisfecho con su decisión y volví con una pregunta hacia ella, Porqué no haces un esfuerzo para ir a la reunión si ya lo habíamos planificado. Su respuesta ahora fue, porque le dolía la cabeza. Entonces se encendieron mis alarmas. Me dije, “algo esta pasando”.
Mientras estaba en la reunión no dejaba de pensar que estaría pasando con ella, pero estando allí con mis amigos decidí olvidarme del tema y disfrutar de la velada. Luego a una hora prudente me despedí, y como toda velada con amigos la pasé maravilloso.
Al regresar a casa confirmé mis sospechas porque encontré a mi prometida muy extraña, la energía no era buena. Traté de encontrar el motivo pero no tuve éxito. Entonces dejé las cosas así pero aún no entendía lo que había pasado y tampoco ella quizo decir nada.
Momentos después la escuché llorar en silencio, le pregunté qué tenía, porqué lloraba, qué le estaba pasando. Su respuesta me dejó desconcertado. Me dijo que era un desconsiderado, que no la quería, que ella a mi no me importaba. Totalmente absorto y obnubilado dije, “Pero que estás diciendo?”. Tras un cruce de encendidas palabras y confusión de mi parte, ella dejó saber su molestia a tan solo minutos después de la media noche. Señoras y señores yo había olvidado que ese día que acababa de terminar fue nuestro aniversario de mes, una fecha importantísima para ella, y también para mí.
Se imaginarán las escenas siguientes. Desconcierto, alteración de emociones, tristeza, ira y expresiones que nunca quisieron haberse expresado.
Considero que es común que esto pase, somos seres humanos, las personas tienden a olvidar cosas, sean estas importantes o no, y es entendible que te olvides más aún si no tienes un recordatorio automático que te ayude a recordarlo (valga la redundancia).
Luego de habernos calmado, tomar consciencia de lo que había pasado, después de algunos episodios de disculpas y analizar lo sucedido, nos dinos cuenta que todo el mal momento pudo haberse evitado con un pequeño recordatorio. Ella supuso que no me iba a olvidar de esa fecha importante.
Aquí vuelvo a resaltar el libro de Miguel Ruiz, “Los Cuatro Acuerdos”. El tercer acuerdo dice: “No hacer suposiciones”, porque al hacerlo creas una realidad o verdad inexistente. Mejor asegúrate y pregunta o exprésalo.
Todo pudo evitarse con una pequeña señal o mensaje recordatorio, eso hubiese sido suficiente para organizar, planear o agendar un excelente día de celebración, lleno de alegría y de actividades especiales por ese día importante para los dos.
Por esa razón, te recomiendo “No hacer suposiciones” para evitar de esa manera problemas o malos entendidos en tu vida, mantener la tranquilidad y la buena convivencia en pareja.
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